El Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas fue fundado desde una profunda preocupación por los empobrecidos. Inicialmente, el Instituto fue guiado como una comunidad por la Declaración de Dirección, creada en la primera Reunión del Capítulo del Instituto en 1991.

Título: Declaración de Dirección/Fecha: 1995/Artista: Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas/Descripción: La Declaración de Dirección utilizada por el Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas para orientar sus acciones durante la duración de un Capítulo./Fuente: Colección del Instituto/Información Adicional: © Centro de Herencia de la Misericordia, Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas
A medida que la comunidad se desarrolló y el mundo cambió, las modificaciones de la Declaración de Dirección se constituyeron con el fin de tratar las nuevas necesidades. El resultado de este proceso son los Asuntos Críticos, el documento guía utilizado en la actualidad por las hermanas para centrar su compromiso de atender a los empobrecidos. El Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas aborda cinco «asuntos críticos» a través de la oración; atención a opciones institucionales, comunitarias y personales; la educación; abogando por estos problemas críticos ante legisladores y otros líderes del gobierno; y el compromiso corporativo.
Asuntos Críticos
TIERRA
Nosotras [las Hermanas de la Misericordia] creemos en la necesidad de trabajar por la sustentabilidad de la vida y apoyar movimientos y leyes que garanticen el derecho fundamental al agua y la tierra para todos, y eso aborda el cambio climático. Esto nos lleva a examinar nuestras propias conductas y políticas y a adoptar prácticas más favorables a la sustentabilidad del medio ambiente. También abogamos contra la fracturación hidráulica; contra la minería que impacta a las comunidades indígenas y empobrecidas; por leyes que protejan la tierra, el aire y el agua; y por acuerdos nacionales e internacionales que atenúen el cambio climático y aseguren el apoyo a los más vulnerables contra sus efectos.
INMIGRACIÓN
Nosotras [las Hermanas de la Misericordia] reverenciamos la dignidad de cada persona y creemos que cada uno tiene derecho a una vivienda, vida, educación y cuidado de salud adecuados. En Estados Unidos, trabajamos por leyes migratorias justas y humanas, por una reducción de las deportaciones que destrozan familias y el fin de las detenciones para cumplir con el cupo fijo en los centros de detención. Examinamos las causas de la migración, incluso las políticas estadounidenses que contribuyen a las condiciones sociales y económicas que fuerzan a la gente a abandonar su tierra, y el impacto global de la migración en nuestra realidad como una comunidad internacional de religiosas.
NO VIOLENCIA
Nosotras [las Hermanas de la Misericordia] trabajamos por la paz mediante la oración, la educación y las prácticas comunitarias y personales pacíficas. Apoyamos el desarme nuclear, la reducción de las armas de fuego, y el uso del diálogo en vez del conflicto armado. Trabajamos para prevenir la violencia doméstica y los abusos contra la mujer y las niñas/os, acabar con la trata de personas y reducir la violencia en nuestras comunidades. Eso nos lleva a abogar por la legislación de prevención de la violencia de las armas de fuego de sentido común, por el fin de la pena de muerte, por el fin de la presencia militar estadounidense en Afganistán, y el diálogo con Siria e Irán.
RACISMO
Nosotras [las Hermanas de la Misericordia] creemos que el racismo es un mal que nos afecta a todas/os. Trabajamos para organizar a hermanas y asociadas/os en el reconocimiento y desmantelamiento del racismo institucional con el propósito de convertirnos en una comunidad multicultural antirracista. Abogamos por el respeto de los derechos de voto de los estadounidenses marginados y por un sistema penal justo, y por señalar el racismo donde sea que exista.
MUJERES
Nosotras [las Hermanas de la Misericordia] creemos que la educación, la salud y la espiritualidad de las mujeres necesitan especial atención. Realizamos esta misión en nuestras escuelas, universidades, instituciones de cuidados de salud y centros de espiritualidad. Abogamos por un salario equitativo, por servicios para las víctimas de la violencia doméstica, y por los derechos de las niñas y mujeres especialmente en sociedades represivas.